Además, esta raza se
caracteriza por tener una enorme confianza en sí mismo y por ser muy protector
con quienes le rodean. No es muy dado a provocar peleas sin motivo aparente,
pero no hay que olvidar que en tiempos anteriores fue utilizado para el
combate, por lo que si se le incita a pelear lo hará sin vacilaciones.
Para evitar un comportamiento agresivo, es necesaria una educación severa
desde la más temprana edad del perro, ya que éstos muestran su fuerte temperamento
desde entonces, provocando peleas entre sí, pudiéndose provocar serias heridas.
Por ello, si se le ofrece una equilibrada mezcla de cariño y educación,
el Bullterrier será un perro de compañía muy sensible, capaz de adaptarse
al estado de ánimo de su amo, y muy cariñoso con los niños.
No obstante, no es recomendable dejar a esta raza a solas con niños menores
de 8 años, porque puede hacerles daño, no intencionadamente, sino por su
enorme fuerza que a veces no puede controlar.
Necesidad de hacer ejercicio:
En cuanto a los cuidados que requiere, hay que explicar que este perro es
enormemente ágil y rápido, a pesar de su aspecto compacto y musculoso, por
lo que necesita de actividad física constante, con el fin de evitar la obesidad
cuando se convierta en adulto. Al Bullterrier le encanta ejercitarse en
el campo, al aire libre, e incluso ir a cazar.