A pesar de su origen
antiquísimo el reconocimiento oficial se produce a principios de siglo y
desde entonces se ha difundido por todo el mundo.
El familiarmente llamado Westie tiene un aspecto general robusto, con la
línea dorsal recta, las extremidades potentes y musculosas y un movimiento
desenvuelto y definido como "péndulo".
La cabeza es relativamente grande, con hocico y mandíbulas relativamente
cortas y stop bien pronunciado. El cráneo es ligeramente redondeado y las
orejas pequeñas y erguidas. Los pies anteriores son más grandes que los
posteriores y la cola es recta y larga. El pelaje es doble: exterior duro,
de longitud aproximada a los 5 cm, sin rizos y subpelo corto, suave y denso.
El color es blanco puro.