De temperamento solemne
y confiable, el san bernardo suele ser bueno con los niños. Es inteligente
y fácil de entrenar, aunque hay que empezar temprano, cuando el perro tiene
todavía un tamaño manejable, para mitigar las tendencias dominantes. Un
perro desobediente de este tamaño es un problema hasta para un adulto fuerte,
en caso de que se le ejercite en lugares públicos con correa, por lo que
hay que tomar el control desde el principio. El san bernardo no ladra fuerte,
pero es un buen perro guardián, ya que su tamaño constituye un eficaz elemento
disuasivo.
Acicalado:
Ambos tipos de pelaje necesitan peinado y cepillado con un cepillo de cerdas
duras por lo menos tres veces por semana. En primavera y otoño, cuando pierde
bastante pelo, necesita un cepillado diario. Báñelo sólo cuando haga falta
con un jabón suave, ya que el champú puede despojar al pelaje de los aceites
naturales. Como son perros que babean, hay que limpiarle muy bien la papada
y el pecho. Los ojos, que pueden lagrimear bastante, también necesitan un
cuidado especial en la limpieza. Revísele las orejas con regularidad y recórtele
las uñas.