Acicalado:
Su acicalado diario es esencial, pero el cuidado de su pelo más. Limpie
sus ojos y revise las barbas regularmente para evitar que se ensucien. Suele
atársele el flequillo para que no caiga sobre los ojos. Báñelo con agua
tibia y champú cuando haga falta, secándolo y abrigando bien al terminar,
o con champú seco (pregunte a su veterinario). Arranque los pelos que crecen
en el conducto auditivo, para ampliar el paso del aire.
Ejercitación y alimentación:
Le encanta caminar y retozar en parques con buena sombra, y sigue siendo
juguetón hasta su ancianidad. No tiene exigencias especiales de alimentación,
con una dieta balanceada en croquetas es suficiente, no se sobrealimente,
y no complazca un apetito quisquilloso ni caprichoso.
Salud:
Esta raza es proclive a problemas oculares y articulares, afecciones dentales
y de encías, hipoglucemia y quemaduras solares.